Una de cada dos embarcaciines inspeccionadas por la Guardia Civil este verano recibieron una denuncia por infracción administrativa. El Servicio Marítimo de la Benemárita realizó más de 200 inspecciones en el litoral murciano, de las que más de cien recibieron una multa, bien por carecer de seguro obligatorio o del título preceptivo.
El Servicio Marítimo de la Benemérita, como policía marítima, orientó sus actuaciones a la prevención y vigilancia de la actividad náutica que se ha saldado con 252 inspecciones, 127 denuncias y cinco auxilios.
La mayoría de actuaciones se han desarrollado con embarcaciones de recreo, en las que se ha inspeccionado 147 y se han formulado 57 denuncias administrativas.
Sobre motos acuáticas, aunque se han inspeccionado menos, en este caso 83, se han detectado más infracciones, en total 64 irregularidades administrativas.
Durante la operación ‘Verano 2020’, el Servicio Marítimo de la Guardia Civil también ha realizado más de una veintena de inspecciones pesqueras, en las que se ha detectado un total de seis infracciones administrativas.
Estas actuaciones también se enmarcan la campaña de control y vigilancia de motos náuticas y embarcaciones deportivas y de recreo. En el caso de las primeras, la infracción más común es la de carecer de seguro obligatorio en vigor, seguido de carecer de certificado características de moto náutica y en tercer lugar de carecer del preceptivo título. En las inspecciones a embarcaciones deportivas y de recreo se ha detectado un mayor número de infracciones en la carencia del certificado de navegabilidad de la embarcación (I.T.B.), seguida de carecer de seguro obligatorio y del título para gobernar la embarcación.
Una de las labores más importantes que ha realizado el Servicio Marítimo de la Benemérita durante el pasado verano han sido cinco auxilios a ciudadanos por averías en sus embarcaciones.
En el caso de los auxilios destaca uno realizado el pasado 12 de agosto, cuando una patrullera del Servicio Marítimo se encontraba de servicio de vigilancia del interior del Mar Menor, concretamente en las inmediaciones de la Isla del Barón, una zona con numerosos bancos de arena.
Fue entonces cuando la tripulación de la patrullera de la Benemérita detectó que los ocupantes de una embarcación, tipo velero de un palo, les hacían señales enérgicamente llamando su atención, por lo que se aproximaron para verificar una posible llamada de auxilio.
Una vez en el lugar, los guardias civiles observaron que el velero estaba detenido y escorado, dado que había tocado con la orza un fondo de arena. Sus cuatro ocupantes se encontraban en aparente estado de nerviosismo y ansiedad ante la situación, dado que no había ninguna otra embarcación en la zona para poder atenderles.
La tripulación de la patrullera intentó inicialmente tranquilizar a los ocupantes ante tal situación e intentar reflotar la embarcación encallada. Tras una hora de intento de sacar la embarcación del lugar, habiéndose extremado todas las precauciones necesarias para mantener intacta la integridad de los afectados y de las embarcaciones, la Guardia Civil consiguió mover el velero auxiliado mediante varios intentos y reflotarlo sin causar daños al mismo y, ante todo, sin peligro para sus tripulantes.
Servicio Marítimo de la Guardia Civil
Tiene como misión específica ejercer las funciones policiales de carácter gubernativo, judicial, fiscal y administrativo atribuidas a la Guardia Civil en las aguas marítimas españolas hasta el límite exterior del mar territorial, y excepcionalmente en aguas internacionales de acuerdo con lo que se establece en los tratados internacionales, así como las misiones de carácter militar y aquellas otras que legalmente se le encomienden.
Las primeras embarcaciones del Servicio Marítimo se entregaron en el año 1992, y prestaron su primer servicio en las Olimpiadas de Barcelona y en la Exposición Universal de Sevilla.
Además del despliegue por todo el litoral español, el fenómeno de la inmigración irregular, la participación en operaciones internacionales, el control de la actividad pesquera en alta mar o la creciente demanda de apoyos a otras unidades del Cuerpo para realizar intervenciones policiales en aguas internacionales relacionadas contra el tráfico de drogas, aconsejaron la adquisición de nuevas embarcaciones y mayores capacidades operativas, adecuadas para el desempeño de funciones humanitarias y policiales en puntos alejados de las aguas de soberanía nacional. En el año 2007 se pusieron en servicio los primeros Buques Oceánicos con las características estructurales y los medios tecnológicos necesarios para afrontar navegaciones en alta mar durante largos periodos de tiempo.