No hacía falta un virus para demostrarnos la fortaleza de los mayores. "Este año ni siquiera tosen; están concentrados en estar bien", asegura la copropietaria de la residencia de mayores El Molino, en Santiago de la Ribera, Isabel María Samper. Acaban de llenar la verja del recinto con corazones verdes con mensajes, en respuesta al llamamiento que ha lanzado el Ayuntamiento de San Javier para mostrar la unión frente a la pandemia.
Se ha dicho de muchas maneras, pero tal vez la escritora austríaca Marie Von Ebner lo resumió con más tino: "En la juventud aprendemos. En la vejes entendemos". Será por eso que "se asustan mucho menos que nosotros de esto que pasa. Tienen mucha vida a sus espaldas. Han vivido una guerra", cuenta Samper. Como en esta acogedora residencia no hay contagiados -ni en ninguna de las cuatro residencias de San Javier-, viven la epidemia con una calma expectante. Apenas ha variado la rutina de los abuelos, salvo que las medidas de protección han obligado a suspender la peluquería, así que los auxiliares tienen que tirar de dotes de estilista.
La actividad habitual se mantiene, aunque con las distancias de seguridad. "Hubo un consenso de todos para que la rutina interior no cambiase, porque ellos ya no tienen edad para sobresaltos", explica la propietaria. La gimnasia diaria para mantener las articulaciones y activar el corazón, la musicoterapia para 'regar' las emociones, o el cine, son los momentos más esperados. "Piden películas de Alfredo Landa, 'Lo que el viento se llevó', zarzuelas y actuaciones de Tip y Coll", cuenta Samper. Casi seguro que dentro de unos días, cuando llegue esta Semana Santa tan extraña, cumplirán con el ritual cinematográfico de ver 'Ben-Hur' una vez más de principio a fin.
Su contacto con el exterior durante estos días de aislamiento se reduce a las charlas telefónicas con los hijos, ya que las visitas están suspendidas. "Les dicen a sus hijos que no se preocupen, que se cuiden ellos ahí fuera".
Los corazones con mensajes positivos han cubierto la verja exterior de la residencia de mayores El Molino. Los mayores han recortado y escrito sus cartulinas.
