Entre pluma y pluma, el Carnaval de La Ribera superó todas sus marcas con un desfile digno de servir de corona al 25 aniversario de esta fiesta que atrae cada año a más participantes. Más de 2.000 personas desfilaron esta tarde, domingo, 17 de febrero, en 50 comparsas. Juntas compusieron un espectáculo lleno de color e ilusión, que fue seguido por cientos de espectadores en las avenidas principales de La Ribera.
con 20 comparsas locales y 30 invitadas de otros municipios, el Carnaval de La Ribera ha subido su listón y se consagra como la fiesta carnavalera del Mar Menor, sin restar su mérito a los desfiles que se celebran en San Pedro del Pinatar y Los Alcázares, que destacan su su personalidad propia. La Comisión de Carnaval que preside José Carrió ha sabido ilusionar a los vecinos, que se reúnen en las comparsas durante todo el año para hacer posible este desfile de hermandad y color. Con las avenidas de Sandoval y del Mar Menor repletas de espectadores, que tuvieron por primera vez 3.000 sillas a su disposición para ver el desfile, la comitiva de comparsas se abrió con las asociaciones de Padres del colegio El Recuerdo y el del Joaquín Carrión. Los primeros evocaron el cuento de Caperucita para sacar a la calle a pequeñas encapuchadas de rojo y renacuajos cazadores, para dejar a los padres y madres el papel de las misteriosas abuelitas. Los alumnos del Joaquín Carrión se convirtieron en mosqueteros para participar en este escaparate de enmascarados.
Monitores y usuarios del centro de discapacitados Aidemar recordaron que "hay muchas formas de discapacidad, la peor de todas es no tener corazón". El mensaje iba acompañado de una hilera de galletas de todos los tamaños. Grupos de enmascarados venecianos precedieron a las fregonas de La Polsaguera, las únicas que pusieron la nota de humor al desfile, más repleto que nunca de plumas y lentejuelas. Una cuadrilla de jóvenes corredores recordaron las fiestas de San Fermín, mientras que Los Ojones, una de las comparsas pioneras, le echó color de clown y pelaje de fieras para rendir homenaje a los 25 años de Carnaval. Los Pioneros, otra de las clásicas, se tiñó de añil y oro, en contraste con la marea dorada de La Calavera. La peña P K T Pikes eligió el brillo plata para sus jóvenes bailarinas, que precedían a una tribu completa de indias bailonas acompañadas por una musa mariposa en rosa y lila. Bora Bora se decidió por el rosa fucsia para adornar a su musa, protegida por tigres y amuletos plateados.
La novedosa Río, con sus jóvenes bailarinas de inspiración tailandesa, en oro, verde y añil, movieron las caderas a lo largo del completo desfile de más de tres kilómetros de recorrido. Los que faltaban se inclinaron por la jungla total, así que atemorizaron al público con sus juerguistas guerreros y sus diosas selváticas, que rendían pleitesía a la musa coronada por una pantera negra. Salto a los locos años veinte con Olé Olá, lanzados al cabaret para cerrar la sección local del desfile con su reina carnavalera, Isabel Ferrer, con el traje 'Diamante luminoso' con plumas negras y lentejuelas plateadas. Desfiló a su lado, su hermano, David Ferrer, como muso cinematográfico a lo Joel Grey, el inolvidable actor de la mítica 'Cabaret'.
El desfile se completó con las 30 comparsas invitadas de otros municipios de la Región.
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