La empresa Menor Plastic, premio Emprendedor Excelente, transforma residuos plásticos

San Pedro del Pinatar
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A Rubén García Martínez y Sandra Fernández les gusta pensar que su repesca de restos plásticos en los mares ayuda a salvar ballenas, pero también libra de la muerte a las tortugas, caballitos de mar, delfines y demás especies marinas que se tropiezan, a veces de forma letal, con unos aros plásticos de las latas, bolsas del súper o bastoncillos de los oídos que confunden con algas.

Y la limpieza de playas y mares es solo una parte de la lista de ventajas que aporta el modelo de negocio que, basado en la economía circular, han logrado rentabilizar en solo dos años de vida sin perder un gramo de conciencia. 

La empresa MENOR PLASTIC, creada en el verano de 2019, es posiblemente la única que completa la cadena del reciclado de residuos plásticos marinos, desde su paciente recolección manual, pasando por el lavado y fundido del material, hasta la fabricación y comercialización de nuevos objetos artesanos. Comenzaron retirando 'basuraleza' de los senderos y playas que recorrían pero "no nos queríamos limitar a la limpieza, sino hacer algo que concienciara de la necesidad de mejorar los mares e implantar otro modo de producir", explica Rubén García, director de Desarrollo y gestor ambiental. 

Terminaron el año 2020 de la pandemia de la mejor manera, con el Premio Emprendedor Excelente 2020 que otorga la Red Punto Pyme con el INFO

Caballitos de mar fabricados con plásticos retirados de las playas por Menor Plastic. 

CONVERTIR UN PRINCIPIO EN UNA EMPRESA

La pareja madrileña se instaló en San Pedro del Pinatar para ganar en calidad de vida y en cercanía con la naturaleza. En el municipio salinero tienen a mano dos auténticos almacenes de residuos plásticos marinos cada vez más saturados: el Mar Menor y el Mediterráneo. Solo con los restos que recogen de forma manual, se proveen de la materia prima necesaria para su industria ecológica. Pero no solo devuelven al redil de la economía circular kilos y kilos de deshechos no biodegradables, sino que organizan campañas de limpieza colectivas para concienciar a todos los ciudadanos que no quieran dar la espalda a la contaminación de los mares y océanos. 

Según la fundación Aquae, cada segundo se arroja más de 200 kilos de plástico al medio marino. El 70% se queda en el fondo y el 15% permanece flotando. Ya hay verdaderas islas de plástico. La dimensión de los datos llama a reflexionar: 100.000 animales marinos mueren al año por los plásticos, que suponen una amenaza real para 700 especies marinas. Una tonelada de plásticos por cada 3 toneladas de pescado es la previsión para 2025.

Los microplásticos del mar forman ya parte de la cadena alimenticia humana. España, con 126 toneladas por día, destaca como el segundo país que más plásticos arroja al Mediterráneo, solo por detrás de Turquía. Un suma y sigue que no dejó indiferentes a Rubén y Sandra. 

Para transformar su principio de vida sostenible en un modelo de negocio viable, participaron en el 'Speed Up Murcia', el programa formativo del INFO para emprendedores. "Nos vino fenomenal para incorporar conocimientos que nos faltaban, como el marketing, y nos abrió la mente", explica Sandra, graduada en Ciencias Ambientales.  

DE LA PLAYA A LA VENTA 'ONLINE'

"Nos ocupamos de todo, desde recoger el plástico a las redes sociales", cuenta Sandra. Entre medias está la fase de lavado del material rescatado, el tratamiento y fundido. Con sus diseños de objetos de decoración, regalo y usos prácticos prolongan la vida de los plásticos. Los convierten en un cesto para la bicicleta, un colgante, libretas o peines. "Fabricamos productos de largo uso, para que no se conviertan enseguida otra vez en residuos", apunta Rubén. 

Para la producción, tuvieron que "adaptar maquinaria, más pequeña que la de los centros de reciclaje", explican. Aquella primera inversión en una trituradora y una extrusora fue posible con la venta de figuritas de caballitos de mar, de cuya recaudación han hecho además donaciones a organizaciones ecologistas. 

Los promotores de Menor Plastic avanzan más rápido que el 'Hippocampus' en el mar. "Ya fabricamos con maquinaria de moldes de inyección, que nos permiten hacer productos de mayor calidad, y trabajamos en la personalización de artículos y camisetas", explican los ecoemprendedores. 

Han renovado el 'packaging' de sus productos y, en la corriente general de la pandemia, reforzaron la venta 'online' que tenían parada, ya que se concentraban en el comercio de ferias y mercados artesanales. Creen que "el público cada vez demanda más productos sostenibles y hasta los centros comerciales tienen su sección 'eco' y 'cero plásticos', pero hay que aumentar la demanda para que el sistema cambie". 

A esa nueva conciencia del consumidor atribuyen su aumento de ventas, pero también a "que hemos aprendido a transmitir el valor de lo que hacemos", destaca Sandra. Su mayor satisfacción ha sido "notar el cambio de los clientes, que antes nos compraban como un modo de subvencionar nuestra actividad, y ahora lo adquieren por su valor. Pagan el producto, no solo la idea, y ese es nuestro mayor logro", afirma la cofundadora.  

UN NEGOCIO EXPORTABLE PARA UNA NUEVA COMUNIDAD

Si los recursos del planeta son limitados, como una cantimplora en el desierto, la reutilización de las materias primas no será solo una elección 'verde' en el futuro. La pareja de empresarios prepara ya su vertiente didáctica para expandir su modelo de negocio a otros emprendedores. "Nos encantaría que en cada municipio hubiera una empresa parecida, que retire los residuos de la naturaleza y al mismo tiempo pueda convertirlos en mobiliario urbano u otras cosas", señala Sandra, que imparte talleres "para que otros emprendedores se hagan artesanos del plástico". También venden las máquinas idóneas para la fabricación. 

De estos canales de la economía circular, "pueden salir otros nichos de oficios, como el de recolector y proveedor de restos plásticos". Su objetivo es "colaborar con otras empresas y crear un movimiento en Murcia". 

A la idea central del reciclado plástico le han salido otras ramificaciones de negocio. Uno de ellos es "un proyecto para aprovechar las gomas de riego agrícolas, que puede hacer el propio agricultor en su finca, para lo que le proporcionamos la máquina y la formación", explica Rubén. Sin tener que invertir de nuevo, el dueño de la explotación puede convertir sus tubos desechados en cajas para la fruta o cualquier otro objeto útil. 

La otra rama empresarial crece hacia el fomento de las actividades al aire libre para la limpieza de playas o el senderismo. Los emprendedores se preparan ya para "organizar cursos, talleres y actividades para grupos, colegios y empresas en cuanto la epidemia se calme". 

28,10,0,50,1
600,600,60,0,3000,5000,25,800
90,150,1,50,12,30,50,1,70,12,1,50,1,0,1,2000
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