San Blas bendijo la romería más calurosa de los últimos años. Entre el mar y la pinada, los vecinos volvieron a arropar al santo patrón de los males de la garganta. Los romeros sacaron de nuevo a hombros a San Blas.
En el recorrido entre la iglesia de Santiago de la Ribera hasta la pinada, los costaleros lo acunaron e hicieron bailar al trono con giros y balanceos para mostrarle su devoción. Entre lirios y rosas rojas, el santo avanzó por la avenida Sandoval, acompañado por decenas de vecinos y visitantes, algunos de ellos extranjeros que fotografiaron a los romeros vestidos de huertanos como una estampa turística.
La Hermandad de Santiago y San Blas se ocupó de portar el trono, que cumplió con las paradas del recorrido a golpe de campana. Pañuelo al cuello y medalla en el pecho, los romeros cumplieron de nuevo con el patrón hasta la ermita, donde esperaban cientos de vecinos que habían instalado ya sus tambalillos entre pinos para disfrutar de la jornada festiva.
Tras la misa, la Hermandad entregó el título de Romero del Año a Juan Gallego, asiduo colaborador en la fiesta en honor al santo. Entre la pinada, ya funcionaban los puestos de golosinas con los tradicionales caramelos, que han dado lugar al Concurso Internacional de Lanzamiento con la Boca de Caramelos de San Blas, cuyo ganador este año ha sido el concejal de Festejos, Pedro López, que se alzó vencedor con un potente disparo de larga distancia.
