Con los actos festivos cancelados por la Covid, los vecinos de Torre Pacheco no faltaron ayer a su cita con la Virgen del Rosario, cuya festividad celebran hoy. La patrona volvió a reunir a sus pies las ofrendas de alimentos y flores que le dejaron los fieles, a pesar de que solo pudieron entrar unos pocos a la celebración de la víspera del día grande.
Las medidas de seguridad y la reducción del aforo dejaron una imagen del templo parroquial muy diferente al de años anteriores, cuando los vecinos acudían masivamente a cumplir con su cita con la Virgen. El resto de las pocas plazas las llenaron vecinos y peñas, que llevaron cajas y bolsas de alimentos. "Es uno de los actos que más alimentos recauda para Cáritas", explica la concejal de Festejos, Yolanda Castaño, quien asegura que "los vecinos están tristes y el ambiente apagado porque en Torre Pacheco la participación festiva es muy grande".
Con 109 peñas y la incorporación de 25 nuevas este año, los pachequeros tendrán que esperar al chupinazo de octubre de 2021 para vivir de nuevo las fiestas. Hoy, festividad de la patrona, se celebra una eucaristía a las 12 de la mañana, también con estrictas limitaciones de aforo, presidida por el vicario episcopal de Cartagena, José Abellán. Por la tarde, a las 19 horas, tendrá lugar el rezo del rosario, aunque no se celebrará la procesión tradicional por las calles.
La parroquia ha habilitado en el templo un 'rincón de la misericordia' para que los fieles que lo necesiten puedan acudir a hablar y compartir sus vivencias o paliar su soledad en estos tiempos de aislamiento por la pandemia.
"Se ha recuperado este año el protagonismo de los cohetes anunciando las novenas en barrios y pedanías, como se hacía antes", explica la edil.
El alcalde Antonio León y la concejal Yolanda Castaño entregan sus donaciones a la Virgen del Rosario.
Inusual imagen de la parroquia en el día de la ofrenda a la patrona.
Cajas de alimentos y productos de primera necesidad aumentan el almacén de Cáritas para las familias necesitadas.
Las peñas no fallaron a la patrona en la ofrenda anual.
Los vecinos reunieron de nuevo alimentos a los pies de la patrona.
Los grupos políticos y las peñas solo pudieron tener a un representante o dos en el templo para evitar los contagios.
