La Cotylorhiza tuberculata, más famosa como medusa del huevo frito, ha pasado de ser el horror de los bañistas en el Mar Menor a convertirse en estrellas del Oceanogràfic de Valencia. El centro valenciano, dedicado a exhibir la fauna marina, ha incorporado en uno de los cilindros de acceso al edificio una colonia de 50 ejemplares de medusas procedentes del Mar Menor, donde se encuentran los ejemplares de mayor tamaño según la bibliografía científica.
Los turistas que pasen a partir de ahora por el Oceanogràfic de Valencia se encuentrarán con una impactante primera imagen: un cilindro de agua marina con medio centenar de medusas de 'huevo frito' procedentes del Mar Menor. Estos celentéreos no urticantes, que han espantado a los bañistas en los últimos años en la laguna murciana, se exhiben como curiosos ejemplares marinos de asombrosa belleza y misterio, ya que por sí mismas constituyen un organismo casi autosuficiente: se abastece de la energía que le suministran las algas unicelulares fotosintéticas alojadas en sus tejidos (las zooxantelas), que a través de la clorofila pueden sintetizar su propio alimento con luz solar.
Los científicos los consideran un perfecto sistema de economía circular, ya que obtiene de estas algas el 80% de la energía que necesita, mientras que estas precisan de los tejidos de las medusas. En el acuario donde se exhiben en el centro valenciano, las medusas nadan alumbradas por una luz que simula la del sol para que las algas puedan realizar la fotosítesis.
Según informa el Oceanogràfic, las medusas han sido recogidas por un equipo del área de Mediterráneo y Medusas del propio centro, con colaboración con el Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario (Imida), la asociación Hippocampus y los inspectores del Servicio de Pesca de la Región de Murcia. Los turistas se hacen selfies y fotografían las medusas con sus móviles al entrar al edificio.
El centro valenciano de divulgación de la fauna marina ofrece a los visitantes esta posibilidad de acercamiento a estos organismos misteriosos en forma agrupada y de gran tamaño. Los científicos atribuyen a las condiciones extraordinarias del Mar Menor el desarrollo de las medusas. Las altas temperaturas, la elevada salinidad y los abundantes nutrientes favorecen su crecimiento en la laguna murciana más que en ningún otro lugar del mundo.
"Algunos acuarios del mundo reproducen esta especie de medusas pero nunca sobrepasan los 10 centímetros de umbrela, ya que mantenerlas en un espacio reducido impide que adquieran mayores dimensiones", precisan en el Oceanogràfic. En el centro valenciano se exhiben algunos ejemplares de hasta 35 centímetros de umbrela.
En el Mar Menor, la presencia de medusas ha llevado a la instalación de un sistema de redes que evite su llegada a las playas, que ya se repite desde hace varios años. Durante algunos veranos, coincidiendo con los mayores picos de población de medusas, se extrajeron con enormes redes, lo que llevó a reducir la colonia de forma preocupante, ya que estos filtros naturales del agua casi desaparecieron el verano pasado, cuando más falta hacían a la recuperación de la laguna. Este verano, las medusas han vuelto a aparecer en el Mar Menor aunque sin picos llamativos.
FOTO: Dos ejemplares de medusas de huevo frito en una imagen del Oceanogràfic de Valencia.