La 'Ruta Verde, de la semilla a la mesa' es una de las rutas más atractivas para conocer el mundo rural e incluso iniciarse en el cultivo de productos agrícolas. Un modo de aprender a cultivar las propias verduras para divertirse y comer más sano. En la Oficina de Turismo de Torre Pacheco, te llevan de la mano.
Alimentarse de manera saludable y relajarse de las preocupaciones diarias aprendiendo a cultivar tus propios productos de temporada, son dos objetivos asequibles en la comarca del Mar Menor, rodeada de huertos. Para que el turista urbanita destierre la idea de que las lechugas brotan en los estantes del hipermercado, una guía acompaña a los grupos a un semillero local que exhibe los tiernos plantones que formarán en hilera los extensos cultivos agrícolas.
Los avances en el sector son motivo de una parada en el Centro de Capacitación Agraria, en Torre Pacheco, donde se imparte la formación necesaria a los nuevos trabajadores. El grupo pasa después por una de las cooperativas locales, sociedades agrarias de transformación que llenan los supermercados europeos. El proceso de medida y calibrado de los productos, los controles de calidad y el envasado, a través de una cadena de manos, abre los ojos a los turistas acerca del trayecto que experimenta cada bocado verde que se lleva a la boca.
La última parada se hace en un recinto de pequeños huertos en régimen de alquiler disponibles para quien quiera cultivar con sus propias manos su despensa vegetal. La iniciativa empresarial se llama Huertoyou (www.huertoyou.com) y solo tiene tres meses de vida desde que los jóvenes empresarios Alberto Garre y José Román Guillén lo abrieron en pleno corazón agrícola de Torre Pacheco.
Alquilan huertos de ocio de 50 y de 100 metros cuadrados por 40 y 75 euros al mes respectivamente, que incluyen la labranza inicial, el contador y el suministro de agua, el riego por goteo, semillas, abono, azada y hasta un sombrero de paja para convertirse en auténtico agricultor. Cualquier fin de semana es fácil encontrar los huertos en plena actividad de familias que residen en las ciudades cercanas. "Nuestro cliente tiene entre 30 y 50 años, y viene a cultivar para poder comerse después sus propias judías y tomates, pero también a hablar y compartir con los demás. Es ocio de calidad, sol, agua y tierra. La vida", explica Román Guillén.
Su afán por abrir nuevos caminos les ha llevado a acuñar el lema 'Somos hortimistas', que dará lugar a charlas de coaching personal en el huerto. "El hortimismo es hastío de la energía negativa que se respira, por eso el carácter social es grande en Huertoyou", afirma Garre. Cuidar de las tomateras o cultivar plantas aromáticas son alternativas saludables que cunden cada vez más entre los residentes temporales de la zona.
"Cuando salen de viaje, les cuidamos la parcela", cuenta Guillén. Con sus asesores agrícolas y los cursos de formación tratan de convertir la horticultura en toda una experiencia de ocio.
