Crónica de una ruptura anunciada

Jesús Galindo Sánchez

La polémica desatada por la ruptura de relaciones entre Ciudadanos y el PP por el denominado “Caso Auditorio”, en la Región de Murcia, y la catarata de informaciones a nivel nacional que están propiciando que nuestra Región sea cabecera de telediarios y de toda clase de medios de comunicación, no es precisamente del gusto de muchos de los que sentimos nuestro amor al terruño, y tampoco creo que sea (como se ha podido transmitir en un chascarrillo callejero) una campaña urdida para que Murcia tenga una mayor presencia en los medios de comunicación, algo que –por otra parte- se ha criticado insistentemente como justificación a nuestro ostracismo en el mapa turístico y mediático a nivel nacional.

Bromas aparte, lo que es cierto es que la Región de Murcia está sufriendo las consecuencias (yo creo que negativas) de estar tanto tiempo en el ojo del huracán, por unos incidentes que bien se podrían haber evaluado previamente y, hasta creo yo, evitado.

Como diría un filósofo, aquí cada uno tiene su verdad, que es la que están intentando defender a capa y espada y en la que se basan para no dar su brazo a torcer, sin percatarse que todos están jugando con los intereses generales de una Región y de sus habitantes; esos ciudadanos que asistimos -entre alucinados y cabreados- a esta especie de rifirrafe donde, una vez más, somos nosotros los que menos contamos e interesamos.

Es cierto que Pedro Antonio Sánchez apela a la presunción de inocencia, un derecho al que –por otra parte- aludía yo recientemente, en un artículo de opinión, afirmando que en este país, desde hace algún tiempo, se ha vulnerado sistemáticamente este principio fundamental al que tenemos opción todos los ciudadanos y que consagra la Declaración Internacional de Derechos Humanos; de tal forma que hasta que no haya una imputación formal (inclusive yo diría que una sentencia –como ocurre en la mayoría de países de nuestro entorno) no se le debería privar a nadie de sus legítimos derechos ciudadanos, políticos y administrativos. Ese es el punto de apoyo en el que se basa el Presidente de la Región de Murcia para no dar un paso al lado, que le hubiera evitado el linchamiento político y mediático al que está siendo sometido.

Pero es más cierto que ese mismo presidente fue el que suscribió, con Ciudadanos, un pacto de gobernabilidad para esta Región, donde en su primer punto se comprometía a dimitir si en el algún momento fuera imputado (ahora investigado). Y sigue siendo cierto que este compromiso lo ha corroborado en varias ocasiones, algunas con el clásico juego de palabras que nuestra clase política utiliza en demasiadas ocasiones, donde no se sabe si “dijo digo o dijo Diego”, y en otras de forma más clara y contundente. La realidad es que no se escapa, ni dando saltos, en su intento de negar la evidencia, puesto que lo que se le está demandando es que cumpla con lo prometido y si no que lo hubiera pensado antes.

Ante esta situación, algunas cabezas pensantes en su partido no han hecho otra cosa que estrujarse la mollera para buscar posibles salidas a esta situación disparatada, y yo creo que lo que están consiguiendo es liarlo todavía más y echarle gasolina al fuego. Desde esas fuentes se dice que los hechos que se pretenden juzgar no se pueden catalogar de corrupción y son simples faltas administrativas, cuando el mismísimo presidente del Consejo General del Poder Judicial (Carlos Lesmes) los ha ratificado como delitos de corrupción.

Aquellas mismas fuentes también argumentan que Ciudadanos tiene dos varas de medir, y que en Andalucía sí que ha admitido esperar a que se dicte juicio oral, pero es que se les olvida una vez más que aquí el Presidente ha firmado otra cosa, y aquí lo que se está dirimiendo es el valor de la palabra dada y no ninguna cuestión de tipo jurídico administrativo; tan solo es una cuestión de principios. Pero yo creo que lo peor ha sido la intervención del portavoz del PP a nivel nacional cuando se refirió al citado pacto y lo calificó de “lentejas” (…si las quieres bien y si no…); dando a entender que no tuvieron más remedio que firmar. A esto le llamo yo “fuego amigo”, Presidente, …al suelo que vienen los nuestros. A muchos españolitos de a pie nos podría dar la impresión, tras estos razonamientos, que el pacto se firmó para no cumplirlo, es decir que fue la crónica de una ruptura anunciada.

La solución no va a ser fácil, pues no veo muy clara la moción de censura, cuando la tienen que pactar tres fuerzas políticas tan distintas y tan distantes, pero lo que sí creo es que Ciudadanos no podrá volver a pactar con el PP; como decía el poeta, …no volverá a ser lo mismo. Esta situación podría llevar a los grupos políticos a bloquear en el parlamento murciano cualquier tipo de iniciativa del ejecutivo, con la consiguiente paralización que esto supondría para el normal funcionamiento de la vida política y administrativa de la Región de Murcia. Cuestión esta que ya ha suscitado algún amago, por parte de fuentes cercanas al gobierno, con la amenaza de empezar a engrasar la maquinaria electoral de cara a unas elecciones anticipadas.

No creo que PAS se arriesgue y dé lugar a esta situación extrema que, además de acarrear graves perjuicios para nuestra ya deteriorada economía, también los generaría a su formación política; y esto los ciudadanos no se lo perdonarían. Son tiempos nuevos que exigen sacrificios y mucha generosidad. El presidente tiene la oportunidad de demostrar que le sobran esas cualidades. Quiero seguir creyendo y apostando por su presunción de inocencia, por su bien y por el de la Región, pero para que eso sea así precisaría dar un paso al lado y esperar a que escampe.

En todo este sainete plagado de tintes melodramáticos, el pecado de Ciudadanos ha sido la exigencia en hacer cumplir lo pactado, quizá presos de su complejo de Torquemada. El de Pedro Antonio, negarse a hacerlo, argumentando la presunción de inocencia. Yo no voy a entrar en el fondo de la cuestión, pero el presidente –de seguir en su pertinacia- difícilmente va a conseguir recuperar su credibilidad, tras haberse demostrado que no cumple sus compromisos.

Ustedes mismos pueden juzgar.

Jesusn.galindo@hotmail.com