Roldán viaja este fin de semana a la época de la siega y la trilla

Lo contaba el escritor pachequero Luis Manzanares en su obra ‘La mirada atrás’: «A comienzos de mayo, las mieses de mi padre eran segadas, llevadas a la era y erguidas en dos hacinas de trigo y de cebada». Las tareas de la siega y la trilla componían un paisaje en los campos de Torre Pacheco muy lejanos ya a los invernaderos automatizados y las cuadrillas de envasadores de lechugas que actualmente pueblan los cultivos. Los dorados de los cereales se han cubierto de verde y del blanco artificial de los plásticos agrícolas. Roldán quiere, por un fin de semana, echar la mirada atrás.

Las fiestas de San Isidro Labrador sirven de marco a los vecinos de Roldán para recrear su historia y sus raíces. La Fiesta de la Trilla va ya por su cuarta edición y vuelve este fin de semana con la recreación de escenarios del pasado, en torno a las labores del campo. «Es una fiesta que pretende rescatar nuestras señas de identidad y recrearse en las tradiciones y la historia de nuestro municipio, una oportunidad única para disfrutar durante dos días de fiesta y homenaje a los hombres y mujeres del campo», comenta el concejal de Cultura, Raúl Lledó.

La Fiesta de la Trilla gira en torno a la Casa Museo del Labrador, en cuyo entorno se organiza la exhibición de labores tradicionales de trilla, una concentración de vehículos antiguos, un mercado de artesanía tradicional y música folklórica. 

En esta Casa-Museo del Labrador se pueden ver de cerca aperos de labranza, herramientas y otros útiles del campo.
Los visitantes podrán disfrutar de diversas degustaciones, migas, michirones, patatas cocidas, tortas fritas, flores dulces y una selección de platos que rememoran la época de la trilla.

El presidente de la Asociación de Vecinos de Roldán, Antonio Cañavate, el pedáneo de la localidad, Manuel Morodo, y el presidente y vicepresidente de la asociación Cívico Cultural de Roldán, Alfonso Cerdán y José Antonio Pérez, respectivamente, presentaron junto al concejal Lledó el programa del próximo fin de semana.

«Eran tres o cuatro días de allegar las mies, trillarlas, esperar la racha de media tarde para el aventado, pesar los costales y transportarlos al granero», contaba Luis Manzanares en su libro biográfico.