Ya lo dijo el escritor Manuel Vilas, que "el paso del primate al homo sapiens no es la razón, sino el erotismo", aunque a veces conviene explorar este terreno insondable con la ayuda de complementos como los que se encuentran en Burleske, la juguetería erótica que acaba de abrir sus puertas en Los Alcázares.
Será por el fenómeno de '50 sombras de Grey' o porque en nuestras vidas el sexo ha empezado a ocupar el lugar que le corresponde, pero es una evidencia la revitalización que experimenta todo lo relacionado con el erotismo. O tal vez es que cada vez hay más gente como Woody Allen, quien más de una vez ha dejado dicho que "solo existen dos cosas importantes en la vida. La primera es el sexo, y la segunda no me acuerdo".
En Burleske, la tienda que acaba de abrir en Los Alcázares, junto al hotel 552, han recogido ese guante y, en un local luminoso y refrescante -nada parecido a los sex shop oscuros y sórdidos de décadas anteriores- ofrecen al cliente una variedad de juguetes eróticos y un puñado de buenos consejos para utilizarlos. Con naturalidad y elegancia. Sin tapujos. Sonia Jiménez, su propietaria, destaca "lo conveniente que es a veces incorporar algún juego a las relaciones de pareja para que no caigan en la monotonía. Que sale la chispa de nuevo".
A pesar de que tienen juguetitos para mujeres y para hombres, son ellas las que más entran. "Compran productos de cosmética, lencería erótica, aceites para el cuerpo, geles que dan calor y estimulan para el orgasmo, pero también se llevan algún juguetito, como un vibrador, anillos", explican en Burleske. "Se trata de jugar en pareja, porque un juguete no sustituye a nadie, pero también sirve, y mucho, a alguien que no tenga pareja", explica Sonia. Alguna pareja ha pasado ya por Burleske a dar las gracias por los efectos positivos que ha producido en cadena el uso de alguna nueva técnica.
"Muchos productos tienen su parte terapéutica, como las bolas chinas, que se emplean para endurecer el suelo pélvico y ayudan a mitigar problemas como las cistitis, las pérdida de orina, de hecho las prescriben los ginecólogos", explican.
Vibradores de distintos tamaños, desde el inocente patito hasta generosos miembros, componen la sección más íntima, aunque en cuestiones de erotismo los límites los pone cada uno. Geles que dan calor, aceites comestibles, polvos para extender por el cuerpo con unas sedosas plumas, sujetadores y slips de caramelos comestibles...un sinfín de productos para hacer volar la imaginación y las pulsaciones.
Una de las secciones que despierta mayor interés en las clientas es la de la lencería erótica. Corsés al más puro estilo 'Moulin Rouge' incluso de la talla 6 XL para desterrar complejos. Zapatos de plataformas, tocados y una diversidad de complementos repletos de plumas y erotismo. Productos para despedidas de soltero y soltera, regalitos picantes, esposas de fantasía y otros objetos que forman parte del imaginario íntimo se pueden encontrar en el local.
La demanda sostenida de productos para avivar el deseo hace pensar a la empresaria que "es un negocio de futuro". En el saloncito de Burleske o en el lugar donde demanden los clientes, organizan reuniones de 'tupper sex' que permiten a los novatos iniciarse en el mundo de la juguetería erótica y a los iniciados descubrir las últimas travesuras de la industria, tan prolífica a la hora de ofrecer diversidad y nuevas sensaciones.
Literatura "para leer con una sola mano"
Así definió Luis García Berlanga a la literatura erótica, "libros para leer con una sola mano", pero lo que al parecer han avivado los últimos 'best seller' han sido los juegos de pareja al calor del morbo de Grey.
El género vive un momento dulce, con nuevos títulos en los estantes de las librerías y un interés renovado por el público. Entre las novedades, se encuentra 'Furores íntimos' (Anagrama), de la joven narradora inglesa Charlotte Roche. En las librerías dejan un lugar destacado a los tomos de 'Perdido en tu piel' (Penguin) de Rosana Ubanell, 'La sociedad Juliette' (Grijalbo) de la ex actriz porno Sasha Grey, y 'Una mujer desnuda' (Anagrama) de Lola Beccaria.
Siempre se puede volver a los clásicos, como 'Historia de O' de Pauline Réage, o Emmanuelle, del que habrá reedición el próximo septiembre, o 'El amate de Lady Chatterley' de D.H. Lawrence, aunque los primeros escritos de literatura erótica se remontan a la Antigua Grecia, cuando Aristófanes dio forma a 'Lisístrata' hacia el año 400 antes de Cristo. El 'Kámasutra', en el siglo IV, sigue siendo un libro de culto, igual que 'Las mil y una noches' o las diabluras del Marqués de Sade. Entre los éxitos recientes, destaca Almudena Grandes, que logró el reconocimiento por 'Las edades de Lulú' o 'Diario de una ninfómana' de Valerie Tasso, hasta el fenómeno de la trilogía de E.L. James.
Nuevos son 'El regalo luminoso' de Manuel Vilas, y 'Decir deseo' de Pedro Antonio Curto. LO que es seguro, a la vista del nuevo tirón popular, es que el erotismo seguirá llevando nuevos títulos a las librerías y, como a lo largo de la historia de la humanidad, captando a nuevos fieles.
