No pudo ser. El rey Felipe VI, que aterrizó hacia las 9,30 de la mañana en la pista de San Javier, no pudo probar el nuevo Pilatus en vuelo por culpa de un resfriado que le ha causado una acusada afonía. "Así tengo una cita pendiente para volver", comentó el monarca.
Durante toda la mañana, el Rey ha conocido las distintas herramientas tecnológicas que proporciona el sistema de enseñanza suizo del PC-27. Primero asistió a una sesión de 'briefing' con el que profesores y alumnos preparan el vuelo. Después conoció el funcionamiento de los simuladores aéreos dotados con la última tecnología, de los que en la AGA ya hay dos en uso y están pendientes de recibir otros dos.
El dispositivo de adiestramiento en vuelo que sustituye al analógico C-101 cuenta además con otros simuladores que permiten entrenar desde los movimientos musculares dentro de la cabina, la comunicación verbal entre profesor y alumno o las operaciones a realizar en vuelo, con una similitud precisa a la experiencia en el aire.
Esta capacidad del Pilatus ya ha permitido reducir el número de horas de vuelo que necesita cada alumno, lo que se traduce en un ahorro de tiempo y dinero. La Academia General del Aire cuenta ya con 24 PC-21 en activo y espera recibir otra tanda hasta completar un total de 40 aeronaves turbohélice.
Felipe VI se sentó en el interior de la cabina del Pilatus, denominado en la Academia E-27, y se interesó por las prestaciones tecnológicas de la nueva aeronave, que dentro de dos años será el avión de aprendizaje de su hija Leonor.
Una acusada afonía ha impedido al Rey pilotar él mismo uno de los nuevos aviones suizos de enseñanza.
Felipe VI bromea con el Jefe del Estado Mayor del Ejército, el general Javier Salto, (a la izquierda en la foto) y el coronel director de la AGA, Pascual Soria.
