"Es una recreación muy real, porque las imágenes están tomadas del satélite y además tenemos la posibilidad de modelarlas", le indica el profesor de vuelo al monarca durante la visita que realizó el pasado lunes a la Academia General del Aire para conocer el nuevo sistema de enseñanza tecnológico Pilatus de los futuros pilotos del Ejército del Aire.
"Ahí a la izquierda está Cabo de Palos", le indica el instructor al monarca, que se concentra a los mandos del simulador de marca suiza. El nuevo sistema de enseñanza permite reducir horas de vuelo en la enseñanza de los pilotos, lo que se traduce en ahorro de tiempo y dinero. La tecnología aplicada en los simuladores de última generación refuerza el aprendizaje en tierra de manera fiel a la experiencia en vuelo. Los pilotos practican en las máquinas incluso los movimientos musculares que se realizan en la cabina.
En el centro de las Fuerzas Aéreas, erigido para alojar todo el engranaje docente de vuelo, Felipe VI pudo comprobar cómo el simulador de vuelo o 'Cockpit Procedures Training' (CPT) entrena, sin salir de una sala, las acciones y procedimientos en la cabina de pilotaje, incluso los movimientos musculares y las sensaciones del vuelo.
El entrenamiento en tierra se completa con un simulador inmersivo, que emula la experiencia de cabina, y una máquina que, con la ergonomía del interior del avión, permite reproducir en tierra el protocolo de vuelo, incluida la comunicación verbal entre el alumno y el instructor.
Atrás queda la Pillán utilizada para la instrucción elemental antes de saltar al C-101. Tampoco habrá escalón tecnológico entre el sistema de la AGA y los avanzados en el encuentro con el F-18 o el Eurofighter en sus futuros destinos.
En los talleres, el Rey pudo comprobar el nivel de tecnificación del personal y el considerable cambio, desde la escasez de piezas y la meritoria mano de obra para mantener los viejos aviones, hasta la compleja aviónica del PC-21, con baja necesidad de mantenimiento.
Este será el sistema de enseñanza que se encuentre su hija, la princesa Leonor, cuando llegue dentro de dos años a la base murciana tras su paso por las escuela del Ejército de Tierra, en Zaragoza, y de la Marina, en Pontevedra.
El Rey en el simulador inmersivo que ya utilizan en la Academia General del Aire para la instrucción de vuelo.
