La cafeína de los nuevos emprendedores de La Manga

La Manga
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No es el café ni los cruasanes de los desayunos mensuales de #VivirEnLaManga lo que está inyectando nueva energía entre los empresarios de este enclave costero. Es la energía que generan los encuentros promovidos por el trío María Llaguno (Strending.com), Alberto Inglés (hotel Entremares) y José Espinosa (fotógrafo), lo que suscita un creciente interés por esta fórmula que los americanos llaman 'networking' y que en La Manga se llama desayunar con los vecinos, salir del aislamiento y plantear las ventajas de trabajar juntos.

 

De momento, el segundo desayuno ha contado con una mayor asistencia, más de 150 emprendedores, en el restaurante de Cabo de Palos El Rancho Argentino, que ofreció el café para todos. Una mañana soleada ha alumbrado el encuentro entre vecinos y empresarios de todo tipo con un nexo en común, ser residentes de La Manga y alrededores. La fórmula del éxito en parte procede del dinamismo que ha inferido el trío promotor a cada convocatoria a través de internet y las redes sociales. Para Llaguno, "es cierto que los residentes de La Manga y el resto de la zona, como no tenemos plaza del pueblo, pues respondemos enseguida a cualquier llamada de encuentro". Como si los vecinos, empresarios y profesionales que viven la grisura del invierno costero hubieran estado esperando el toque de campana para saltar a estas tertulias alrededor de un café en las que se habla de ideas, proyectos e ilusiones sin obviar las zancadillas de la crisis.

Así, a primera hora de la mañana, Ana, la propietaria de la tienda de moda náutica Otapana, en el puerto de Tomás Maestre, opinaba que "debemos profesionalizar aún más el sector para ser más competitivos". Con buen humor y alarde de coraje femenino en el Día de la Mujer, Ana está decidida a "quedarme y luchar, porque yo a estas alturas me niego a aprender chino por mucho que sea la economía emergente". Otra emprendedora, pero en este caso lituana, Ramune, apuesta por vender sus tartas sin azúcar por internet. "O con azúcar, como haga falta", explica la repostera, quien asegura que "la crisis me persigue. Por ella salí de mi país, y me la he encontrado aquí".

Con anuncio musical de blues llegó Joaquín Herraiz, de Arena Inn, inmobiliaria y náutica en Castillo de Mar, "motero, socio de un grupo anarquista y un metro ochenta de estatura", se presentó a los corrillos cafeteros. El popular Kini prepara conciertos con aire de Lousiana en su local, muy distinto del que Lorenzo Sixou -El Borsalino- dirige en la privilegiada orilla mediterránea con acento francés.  

De la diversidad de asistentes hablan los encuentros con Sico de Andrés, el maquinista del congreso Seonthebeach que la liará gorda en Collados Beach el próximo junio con más de 200 expertos en posicionamiento 2.0 en bañador. Ángel Solano, comercial de Termoventanas, repitió, mientras que probaron por primera vez los empresarios de espacios de ocio infantil como Pequepark y Camelot, y de varias tiendas on line. Convencido del tirón que tiene el mundo submarino para el turismo murciano llegó Andrés, del centro de buceo Planeta Azul. "El buceo es ahora el motor del turismo, con unos turistas de nivel económico medio alto que se gastan solo el 25% en el centro de buceo y el resto en tiendas y restaurantes", afirma el empresario subacuático, que también se pone la escafandra cuando quiere desconectar de la atronadora superficie. Con la euforia de las horas altas que vive su proyecto participó también Juan Pedro Mellinas, inventor de Eternalia, el servicio de mantenimiento de lápidas que comenzó en Cartagena y que ya ha vendido su primera franquicia al norte de España. "Me llueven las peticiones", asegura el emprendedor especializado en marketing turístico, quien espera que su proyecto dure al menos como inspira su nombre. Las chicas del Running Popular Femenino impulsado por Rocío Fernández, de la Clínica de Fisioterapia La Manga, compartieron desayuno y compañerismo. Cada uno da lo que tiene, así que el chiringuito Dos Mares de Playa del Ciervo regaló vales por dos cañas que en estos tiempos de recortes muchos irán a canjear.

Brotes verdes deben ser los que han plantado los promotores de El Palmero. Virginia, Anaelle, Laura y Javier esperan ver reverdecer el viejo edificio de exóticas formas y camello de carton piedra en la puerta -en la carretera de Las Salinas- que, después de un tiempo cerrado, se han propuesto rehabilitar parta convertirlo en un espacio hostelero donde se desarrollen actividades de todo tipo. Darán trabajo y movimiento económico a una zona en la que empiezan a correr aires cargados de nuevas energías. Tal vez será la cafeína de #VivirEnLaManga.

28,10,0,50,1
600,600,60,0,3000,5000,25,800
90,150,1,50,12,30,50,1,70,12,1,50,1,0,1,2000
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