Pisar territorio del hombre de Neanderthal, sentir el silencio hosco de una gruta o descubrir bellezas paleolíticas tiene cada vez más tirón. Así lo confirman empresas de servicios turísticos que ofrecen visitas a grutas y espeleoturismo a visitantes en busca de actividades con emociones seguras y riesgo controlado.La Cueva del Puerto de Calasparra es visita obligada.
"El espeleoturismo es un mundo en crecimiento, cada vez tenemos más entradas a la Cueva del Puerto (Calasparra), la de mayor recorrido horizontal en la Región y la de mayor valor geológico", explica Lola Guirao, gerente de Galat Espeleología. El acondicionamiento de los accesos a esta cueva del cretácico superior y la ampliación del espacio interior visitable constituyen una de las dos obras de mayor envergadura que remarán a favor de la moda del trogloturismo en la Región. A final de año, los visitantes podrán descubrir los 400 metros nuevos de gruta, el doble del espacio visitable hasta ahora. Disfrutará de "cortinas de estalactitas y estalagmitas, formaciones maravillosas de gran altura y todos los espeleotemas de interés para el visitante y para el deportista", explica Guirao. La Cueva del Puerto ha mejorado su acceso para el público -ya podrán entrar los mayores sin tener que subir la rampa-, pero además reabrirá sus secretos a los aficionados a la espeleología, ya que presenta un elevado interés deportivo por "sus descensos de hasta 30 metros con cavidades estrechas", señala Guirao.
La Cueva del Puerto es la que cuenta con más demanda de visitas, aunque "Murcia está llena de cuevas y cada vez tienen más visitas de buscadores de experiencias", explica Galo Fernández, dueño de Charate Espeleología, con sede en Molina de Segura y en Blanca, que ofrece visitas guiadas a grutas, descenso de barrancos, rafting y parapente, entre otras actividades de aventura. Cree que "su interés está en que suscitan algo de temor en esas cavidades estrechas por las que solo cabes tú".
