Una era, el proyecto de una cárcel, una plaza de abastos, una fuente y miles de vidas de vecinos que pasan a diario por el corazón del casco urbano de Torre Pacheco desde hace 150 años. El aniversario ha dado pie a recuperar parte de la historia local vista desde su centro neurálgico. Una exposición pública al aire libre y una recreación histórica con trajes de época inauguró ayer, domingo, los actos conmemorativos.
"Son las mismas risas de niños que han juegado en esta plaza a lo largo de sus 150 años de historia", dijo el alcalde de Torre Pacheco, Antonio León, ayer domingo 17 de septiembre, en la puerta del antiguo consistorio. En lo que fue una simple era de trillar míes, por la que se pagó 2.500 reales de vellón, se asiente actualmente la plaza y la antigua casa consistorial.
Una era de míes
El primer ayuntamiento se había instalado en las dependencias del instituto de Segunda Enseñanza, localizado posiblemente en la salida hacia El Pasico, por el que se pagaba 360 reales al año por el alquiler. El Ayuntamiento acordó después en 1857, trasladar sus dependencias a la Casa de Tercia, ubicada en lo que actualmente es el número 1 de la calle Mayor.
La compra de los terrenos para construir el consistorio y la plaza se formalizó el 17 de septiembre de 1864 y, dos años más tarde, finalizó la obra del edificio municipal según el proyecto del arquitecto murciano Francisco José Belmonte. Concebido en una sola planta, disponía de una claraboya de hierro y cristal por la que entraba la luz para iluminar el salón de plenos.
Subasta en reales de vellón
En realidad la plaza con sus aledaños fue posible debido a la necesidad, por aquellos años del siglo XIX, de disponer de una cárcel para los presos transeúntes que debían pernoctar en Torre Pacheco. Se habilitó eventualmente un espacio en el consistorio, pero no reunía las condiciones ni el espacio para albergar a más de cuatro personas, así que los responsables municipales plantearon al Gobierno Civil la venta de dos solares situados frente al consistorio que delimitarían el entorno de la gran plaza.
El 21 de diciembre de 1867, el alcalde Juan Miguel Meroño, ante una numerosa concurrencia de vecinos, realizó la subasta de los terrenos destinados a edificar a los lados de la plaza. Joaquín Alcaráz, con 335 reales de vellón, hizo la mayor puja para el solar del noroeste del consistorio. Juan Baró y Morales se quedó con el terreno del suroeste por 25 escudos y 200 milésimas.
El alcalde, Antonio León, junto a parte del Equipo de Gobierno y los integrantes del movimiento modernista de Cartagena
Modernistas en la plaza
En una escena más decimonónica que contemporánea, la plaza vivió el pasado domingo un desfile histórico. Los integrantes del Club Modernista de Cartagena lucieron galas con aroma a tiempos convulsos de cambios y revoluciones. Hombres con capa y reloj de cadena, con chisteras, bombines y canotiers, prestaban gustosos su brazo a damas cubiertas de puntillas y faldas hasta los pies. Una foto en blanco y negro hubiera engañado el ojo de cualquier transeúnte, aunque la intención era plasmar el paso del tiempo en la plaza con unas escenas que bien podrían ser resultado de la máquina del tiempo.
Tras inaugurar los paneles explicativos, que recogen la historia de la plaza, la comitiva actual y la modernista se desplazaron a la calle Juan de León, esquina con la calle Virgen del Pilar para inaugurar la muestra de fotografías cedidas por la Asociación Cultural Los Modernistas de Cartagena.
Los vecinos se vieron sorprendidos por los visitantes del siglo XIX con ropajes modernistas.
Vuelven los árboles
"La plaza forma parte del recuerdo de cada pachequero por su sentimiento y por cada momento vivido en ella", explicó el regidor. "Nuestras fiestas, las de siempre, de bailes y también de espiritualidad, los sonidos y la música que han sonado en ella, las voces unidas en cantos, en lemas, en himnos, el arbolado que ya no está pero que volverá pronto a la plaza, al igual que la fuente restaurada", anunció León en la apertura de los actos conmemorativos de la plaza.
Con un aplauso fue recibido el enuncio del regreso de los árboles a la plaza, que poco a poco irá recuperando su imagen original y recreando los espacios para el encuentro.
La celebración del agua
El Ayuntamiento está restaurando la fuente artística de piedra que diseñó y realizó Anastasio Martínez en piedra fundida de mármol y cemento blanco con solera de azulejos. La fuente que añoran los vecinos costó 22.000 pesetas y vino a convertirse en un recordatorio perenne de la llegada del agua a Torre Pacheco a través del canal del Taibilla en 1954. Aún está por decidir la ubicación definitiva de la fuente.
Para medir el hito histórico en todas sus dimensiones basta recordar que hasta entonces los vecinos se abastecían del agua necesaria a través de pozos u aljibes, sobre todo comunales, alimentados de las lluvias, del arrastre de vertientes y de los canales de tejados y terrazas, que después transportaban en cántaros de arcilla y carretones de madera. Era la época de los viejos aguadores, que recorrían la comarca del campo de Cartagena llevando parte del caudal imprescindible para la vida. Aún faltaba mucho tiempo para que el trasvase Tajo-Segura modificara la agricultura de subsistencia en prósperos huertos e invernaderos cuyos productos se exportan a todo el mundo.
A raíz de la instalación de la fuente y los jardines colindantes, la plaza cobró aún más vida y se instalaron 12 bancos de piedra para el descanso.
Corrillos de mujeres del siglo XIX, tal como debían reunirse en las calles hace 150 años. Posan junto a la exposición de la calle Juan León.
El mercado de abastos
Ya solo queda en el recuerdo y en un puñado de planos que los vecinos pueden vera ahora expuestos en la plaza. El mercado de abastos que diseñó el arquitecto murciano Gregorio Martínez Albaladejo en 1945 funcionó solo durante 21 años y después fue derribado en 1967 donde ahora se extiende la plaza pública situada a la izquierda del consistorio. Era un mercado cubierto en la actual plaza de Amalio Fernández-Delgado (el pueblo se la dedicó al médico pediatra comprometido con las familias con menos recursos) y disponía de 23 puestos de venta, sala de reposo, servicio de inspección veterinaria, guarda municipal, aseos y zona de carga y descarga.
Se inauguró el octubre de 1946, coincidiendo con las fiestas de la Virgen del Rosario. Hoy solo queda imaginar la animación de los puestos de leche fresca, verduras, pan y dulces, carne y pescado, sacos de legumbres, mercería, flores y el golpeteo constante del zapatero en uno de los puestos.
Programa de actividades
Cada vecino tendrá sus propias vivencias para incorporar a la memoria colectiva de la plaza. El programa de actos diseñado para conmemorar el 150 aniversario es una excusa perfecta para compartirlos.
Viernes, 22 de septiembre. 20 horas
Conferencia. 'Panorámica de arquitectura y urbanismo en Torre Pacheco', por la profesora de Historia del Arte de la Universidad de Murcia, Dora Nicolás. En el salón de plenos del antiguo Ayuntamiento.
Sábado, 23 de septiembre. 11 horas
Fotografía colectiva de todos los vecinos que viven actualmente en la plaza del Ayuntamiento. En la plaza. Después se realizará la foto institucional de la Corporación Municipal.
Sábado, 30 de septiembre. 12 horas.
Exposición de obras del pintor pachequero Manuel Frutos Llamazares 'El tríptico de las basuras'. En el vestíbulo del Ayuntamiento.
Viernes, 6 de octubre. 19,30 horas.
Reinauguración de la plaza Doctor Amalio Fernández-Delgado de la Peña en el 50 aniversario de su creación.
Jueves, 21 de diciembre. 12 horas.
Ceremonia de instalación de una cápsula del tiempo que se abrirá pasados 50 años, coincidiendo con el 200 aniversario de la plaza del Ayuntamiento, el 21 de diciembre de 2067. En la plaza.
Parte de la Corporación municipal con el exalcalde Pedro Jiménez y el diputado nacional Pedro Saura, junto al representante de los modernistas, en la histórica plaza, ante la puerta del Consistorio, que fue tercera sede del Ayuntamiento antes de trasladarse al antiguo ambulatorio de manera provisional hasta el término de las obras del actual edificio municipal.
