'Hay interés en vender y que sea público', afirma Luengo de la casa Barnuevo de La Ribera

San Javier
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"Ya hay interés de vender y que esta primera casa de Santiago de la Ribera sea pública", afirma el alcalde de San Javier, José Miguel Luengo. En el plan municipal de inversiones previsto para el año 2023, dotado con 9,5 millones, se incluye la posible compra de la finca que construyeron José María Barnuevo y Teresa Sandoval en los primeros años del siglo XX. 

El Ayuntamiento ha lanzado una oferta de compra a los actuales propietarios, herederos de los primeros urbanizadores de La Ribera, José María Barnuevo y Teresa Sandoval, por 950.000 euros para hacerse con la finca centenaria. "Es el precio de la tasación oficial, y hay que tener en cuenta que necesita una considerable inversión para rehabilitarla", asegura el alcalde. 

Para la rehabilitación, el Gobierno local espera contar con ayudas del Estado y de la Comunidad Autónoma. La villa histórica "debe ser un icono cultural y un atractivo turístico para desestacionalizar y que sea un municipio vivo". 

Las negociaciones para la adquisición ya han comenzado con los actuales dos titulares del inmueble calificado como Bien de Interés Cultural. De hecho, el Ayuntamiento ha mostrado desde hace años su interés en la compra del 'hotelito de verano'- como lo llamaron sus primeros ocupantes- con el fin de evitar el constante deterioro del inmueble, tanto en el plano estructural de cimientos, paredes y tejado, como en el artesonado de madera del mirador que lo distingue de otras construcciones de la época. En la fuente redonda que preside la entrada tras su cancela, tan reconocible por los vecinos de La Ribera, y en el jardín también se aprecia la falta prolongada de mantenimiento. 

Si la transacción se hace finalmente efectiva, el Gobierno local iniciará las obras de restauración y su adaptación para una nueva fase, que podría incluir diversas funciones. "Espacio para exposiciones, conferencias y actividad cultural diversa, con un servicio de cafetería con terraza en concesión", planea el alcalde. La oficina de turismo encontraría su nueva sede en esta villa, situada en primera línea del Mar Menor. 

Los Barnuevo Sandoval trazaron un plano en forma de pentágono con los servicios auxiliares a cada uno de sus cinco lados, de modo que en el proyecto inicial se destinan "en bajo gallinero y en alto pajar" los orientados al mar. Al lado iría la "caballería de dos plazas", a otro lado "dormitorio del criado y cuarto de arnés" y, finalmente, las cocheras. 

En su interior se trazó una escalera de acceso tras el vestíbulo, las habitaciones familiares y otras dos con elocuentes nombres: cuarto del piano y cuarto de labor. 

En 1907, Barnuevo, ya retirado de la magistratura del Tribunal Supremo de Justicia, decide arrendar la finca rústica de Torre Mínguez, situada a unos 800 metros de su nueva residencia playera, para descansar frente a la laguna. 

Evitar la ruina

El Ayuntamiento quiere evitar que la casa histórica de La Ribera alcance un estado irreversible de ruina que impida la rehabilitación de su perfil original, el que concibieron sus promotores en 1905 como "un hotelito en el promontorio pedregoso que domina la bahía marmenorense". Su valor como símbolo local va más allá de sus ladrillos.

La construcción del palacete costero significó el inicio de la vida en La Ribera. Impulsó la construcción de la iglesia y del primer balneario para 'tomar las aguas'. La iniciativa de los Barnuevo atrajo a otras familias burguesas y aristocráticas de Murcia, que levantaron sus villas a lo largo de la orilla, como el de la casona del Conde Campillo, diseñada por Víctor Beltrí, aunque son muchas ya las que ha derribado la pala para levantar en su lugar bloques de líneas rectas que sepultan la historia. 

28,10,0,50,1
600,600,60,0,3000,5000,25,800
90,150,1,50,12,30,50,1,70,12,1,50,1,0,1,2000
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