Las previsiones hablaban de viento y ola de frío, pero los romeros han disfrutado hoy, día grande de San Blas, de una jornada primaveral para celebrar la romería del santo. Desde la salida de la iglesia de Santiago de la Ribera hasta la ermita, reinaron el sol y los pasodobles.
En un trono rebosante de flores y faroles, se meció San Blas a los hombros de sus costaleros. Entre aplausos y vivas lo pasearon y hasta lo bailaron en cada esquina, respetando las paradas a toque de campana para recomponer las fuerzas y probar la bota de vino. El toque de color lo pusieron sin embargo las reinas y damas de las fiestas, ataviadas con el traje huertano y rodeadas de flores.
Tras la misa, que se celebró con la llegada del santo a su ermita junto a la pinada, los romeros se entregaron a los arroces elaborados en hogueras, parrilladas de embutidos y vino compartido.
